En estas instalaciones se lleva a cabo la producción, contando con el laboratorio de I+D, las oficinas y una amplia sala de exposición. Esto nos permite controlar todas las fases de la producción, desde la materia prima hasta la puesta en el mercado del producto.
Aunque la materia prima se mecanice con las tecnologías más modernas, el planteamiento sigue siendo artesanal, puesto que en Rizzoli no hay cadena de montaje y nuestros técnicos ensamblan todo a mano para garantizar los máximos niveles de calidad.
Es imposible crear un producto excelente sin materia prima de calidad. Por ello, antes de elegirlos, todos los materiales deben superar numerosos controles.
Nuestros técnicos sólo trabajan con los materiales más nobles y resistentes para fabricar productos únicos, diseñados para durar en el tiempo.
Utilizamos exclusivamente materiales aprobados por los organismos ambientales. Los materiales sostenibles desde el punto de vista ecológico y totalmente reciclables son la perfecta elección para los que se preocupan por el medio ambiente.
Contamos con personal interno especializado que se encarga de diseñar y analizar todos los componentes que darán vida a nuestros productos mediante el uso de modernos programas de diseño CAD 3D.
La fabricación de una cocina de leña comienza con el corte por láser de chapas metálicas de varios materiales y espesores.
Nuestros equipos de corte por láser permiten cortar las chapas metálicas con una precisión de décimas de milímetro.
Tras el corte por láser de la chapa metálica, cada pieza se somete a plegado y moldeo con la ayuda de prensas plegadoras de control numérico.
En la sección de plegado contamos con prensas plegadoras robotizadas, además de otras manuales, utilizadas por técnicos y personal con un alto nivel de especialización.
La soldadura de cada pieza es posible gracias a la habilidad y profesionalidad de nuestros especialistas.
Algunos componentes especiales, como las calderas de nuestras termococinas y termoestufas, se sueldan empleando robots de soldadura de última generación.
Estamos convencidos de que, para obtener un producto de altísima calidad, cada fase del mecanizado de la chapa metálica debe realizarse en nuestras instalaciones.
Por ello siempre hemos pintado los productos en nuestras instalaciones. Todas las piezas se desengrasan y se secan antes de pintarlas. Una vez pintadas, las superficies se someten a un nuevo control para detectar posibles defectos. Además, solamente utilizamos pinturas de alta calidad resistentes a altas temperaturas.
Tras el proceso de pintado, se procede al montaje de todos los productos semielaborados en nuestras instalaciones.
El ensamblaje final de todos los componentes se confía a personal altamente cualificado. En Rizzoli no hay cadena de montaje, sino que el producto, de principio a fin, es ensamblado por completo por nuestro personal especializado garantizando así los máximos niveles de calidad.
El corazón de las cocinas Rizzoli no se ha elegido al azar. Los ladrillos y morteros refractarios proceden de empresas líderes certificadas. Su composición permite la acumulación de calor, además de la eficiencia óptima de la combustión, con lo que se garantiza un rendimiento elevado y la reducción de las emisiones de sustancias contaminantes.
Al final del ensamblaje, cada estufa se somete a un último y riguroso control de las características mecánicas y estéticas para garantizar que los productos Rizzoli ofrezcan una calidad y unas prestaciones óptimas.